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Título: El barrio de la Cábila (Lasesarre)

Autor: J.J.Martínez


Historias de la Kabila (J.J.Martínez)

Barakaldo (Bizkaia), en el corazón del País vasco - Euskalherria.
Una anteiglesia con demasiada historia como para rellenar tomos.
Sin embargo, pretendo sólo describir algo que me tocó vivir en su otrora fabril barrio, de apelativo "La Cábila"; un lugar formado por tres construcciones humildes de madera piedra y yeso, con un patio formando U, cerrado por medio de una enladrillada tapia, todo el grupo de casas se encontraba a veinte metros de distancia en paralelo al popular campo de Lasesarre de Barakaldo hoy desplazado. Tejados de madera y tejas, fachadas de enrasada cal y arena de aspecto gris desconchado súmamente humilde.
El topónimo "Kabila" se hereda de otro edificio apartado apodado "la casa de la cabila" , situado a cien metros al final de la calle Murrieta , muy cerca de la ría del Galindo, dicho edificio fue derribado en 1965, allí vivió la familia de mi padre “Porfi”; exactamente donde hoy día, emergen los campos de fútbol, piscina y también el poli-deportivo de Lasesarre (Letxezar).
El contorno de la barriada linda con tres calles : Al norte Murrieta, al este la calle Galindo y al sur con Travesía de Lasesarre (hoy Letxezar), sus alturas constan de cuatro pisos y buhardilla así como planta baja, con dos manos por planta y dos portales por calle, que albergan sesenta familias hoy día, pero como relataré, hubo mucho posadero. Fueron las de antaño, unas familias entrañables, txirenes, dramáticas en algunos casos, pero sociales en general.

Para ir tomando vuelo en el relato, diré que son viviendas que surgieron para alquilar a gente obrera, al albur de la fábrica A.H.V, Altos Hornos de Vizcaya (La Vizcaya 1902) y del mineral de hierro del valle de Trápaga (Trapagaran), fue cuna de la industria del entorno y la mayor empresa del estado en su momento, donde se fabricaba el acero que dio impulso al país, gracias a tal competitiva exportación de productos derivados del hierro y acero.
Aquel acero era necesario para el progreso, producido por una fábrica a escala enorme como se sabe, hasta que los filones de mineral dejaron de ser rentables. Rondaba el año 1996 cuando cerró definitivamente.

La barriada se construyó en los años veinte del siglo pasado, y por aquel entonces de pobreza, la gente accedía a las viviendas en régimen de alquiler, los sueldos eran de miseria en todos los órdenes laborales de la época, y salvo dos o tres familias con más suerte y menos hijos, el resto pertenecían a la economía más pobre, inmigrantes o no.

Adosada a la hoy desaparecida casa de La cabila (casa de los “Terreros” y mis abuelos paternos) a su lado norte, había una empresa química denominada la DOWN-QUINESA (DWQ), fabricaba carburos de calcio, producto químico recuperado de los hornos de la cercana siderurgia.
Adosada a la fachada este, (respecto a esta auténtica casa cabileña), surgía una humilde serrería familiar, cercada por dos paneles formando un cuadrante, hecha con las tiras de los retales aserrados de pino, como un fortín empalizado por láminas anchas de pino, que se iniciaba en la casa y concluía entre el extenso muro de separación del campo de fútbol y Down-Quinesa.

En esta zona, el barrio y la ría del Galindo se comunicaban a través de semi_túnel por lo sombrío que se iniciaba desde la casa de la Cábila, para seguir entre muros fabriles y talleres de calderería o Lariasa (lana mineral) a un lado con DWQ al otro , como digo, partes del frío y angosto pasadizo hacia la ría, pero tan misterioso como atractivo para aquella chavalería; los doscientos metros que separaban el barrio de la ría, eran excitantes para descubrir otro mundo diferente al del barrio, porque, a pesar de que la ría del Galindo tenía mucha mugre también tenía su atractivo, se podía ir a nadar en sus contaminadas aguas con olor a carburo y aromáticos petróleos; tirar piedras con el tiragomas, o jugar al escondite, fabricar las espadas o arcos y flechas de maderas y clavos, cazar lagartijas y ratas, “recolectar” metales e ir a venderlos a las chatarrerías de Simondrogas, barrio de Sestao colindante, cuyo cordón umbilical era un puente peatonal maltrecho etc., hoy reformado.
Las gabarras atracaban en la ribera derecha de la ría del Galindo para aportar la materia prima a la DWQ, y como el muelle era “accesible”, al final de la tarde con astucias, nos hacíamos con los restos de carburo o bien conseguíamos aros y tablas arrancando de las viejas barricas de la fábrica.

Pero volviendo a la Kabila. Otro aspecto del barrio eran sus huertas y sus bastas campas al este y norte. Una de ellas la campa de Lasesarre apodada "El barracón", cuyo nombre se debe a que existió junto al muro o tapia de RENFE tal construcción antes y durante la guerra civil, utilizada primero por obreros y después por milicianos, se desvalijaron tras la guerra civil.
En paralelo a la fábrica A.H.V., discurrían las vías de la RENFE (Ferrocarriles españoles), vías hoy existentes y operativas tanto para mercancías hacia el puerto etc., (aunque las campas se urbanizaron hace 30 años) las vías tal cual se mantienen para comunicar el puerto de Santurtzi con Bilbao, además fueron y son hoy día de utilidad pública para los pasajeros de las líneas Desierto_Barakaldo a Triano (Somorrostro).
La larga tapia extendida desde la alhóndiga (a partir de la estación Desierto), hasta el puente de Simondrogas, delimitaba el territorio y los movimientos de la gente del barrio por el lado norte.
Otras vías de ferrocarril situadas al sur y paralelas a las anteriores delimitaban por entonces el ancho del territorio, permitiendo una longitud de movimiento (para los vecinos) de seiscientos cincuenta metros a lo largo de ambas zonas de vías, las del sur pertenecían a la empresa "A.H.V Orconera", concesionaria de las minas de mineral de hierro.
Hasta 1959, el mineral se acarreaba por medio de lentas máquinas a vapor, una sola máquina era capaz de empujar hasta cuarenta vagones tolva o más, pero con el tiempo las máquinas se sustituyeron por otras de motores diésel.
Este ferrocarril de Orconera, desapareció al final de los años sesenta del siglo pasado, y hoy día el trazado está transformado en un paseo o bidegorri, denominado (Dolores Ibarruri), “La pasionaria”.
¡Singulares historias ocurrieron en aquellas vías!, pero hay que esperar al contexto, ya que más adelante relataré algunas anécdotas.

Desde los nombrados muros de RENFE y la barriada de la Cábila, hay una separación en amplitud de trescientos cincuenta metros de terreno, en ellos por aquel tiempo, se emplazaba el campo de fútbol de Lasesarre más DWQ, el resto era el pasillo para el acceso hacia Sestao cruzando la ría, por el cual o bien se accedía al puente de Simondrogas, o la Down-Quinesa, entrada a la fábrica, tales instalaciones dejaban finalmente un angosto pasillo de a penas metro y medio entre el muro de la RENFE y la fábrica, pasillo utilizado por la gente para ir a Sestao y su industria fabril a pié.
Junto a la Kabila (Cábila), el campo de fútbol mostraba la portería gol sur, por lo tanto el norte correspondía mirar justamente al tren de RENFE hacia Santurtzi/Triano y también a los hornos de la factoría
A.H.V., en ese lado norte se erigía la torre marcador del campo del Barakaldo F.C..

Siguiendo con los terrenos de la barriada, en casa, teníamos frente a la fachada “este”, (hoy calle Galindo), las huertas de Segunda Álvarez (La cuca) con un pequeño terraplén por una parte, y por otra la huerta del "Maño".
La primera fue una santanderina que murió hace poco, a sus ciento dos años, emprendedora y dueña de una de las tiendas del barrio y entre otras propiedades disponía de la carpintería, las cuadras vaquerizas, el barracón de dicha carpintería y terrenos varios.
El maño sin embargo era nuestro viejo vecino del 3ºD, risueño, muy mayor pero vigoroso venido de Aragón, que tras su jubilación pasaba las horas del día cultivando un pequeño terruño frente al portal de la casa, en terrenos seguramente cedidos por "la Cuca".
Pero con el tiempo las huertas desaparecieron y quedaron reducidas a campas abiertas donde las vacas de Segunda Álvarez, "La Cuca", sacaba a pastar soleando así su ganado.
En esas campas unos pocos metros cuadrados fueron utilizados para jugar a los bolos santanderinos, al pié del bar Centro montañés, situado este a pocos metros del terraplén formado entre la calle "travesía de Lasesarre" (Letxezar) en lo alto y sus campas con boleras abajo.
Justo y a continuación de aquella zona bolera tan popular, se encontraban las ruinas de un refugio antiaéreo destruido y nunca utilizado, cuyo forjado de hormigón y acero, fue un parque temático para los vecinos más jóvenes es decir, para la “txabaleria”.

Veinte metros más al este del refugio, comenzaba el barrio de Lasesarre, con mucho en común al nuestro pero con idiosincrasia distinta a la Kabila, el conjunto de edificios de ambos barrios estaban separados por escasos cien metros; por cierto, en Barakaldo existe la confusión de que ambos barrios pertenecían a uno único, por aquello de que el campo de fútbol del Barakaldo se llamaba y se llama de Lasesarre, aunque se encuentre como hoy, ubicado donde estuvieron los hornos eléctricos de A.HV. En la denominada zona barrio de “El Carmen”.
Hasta cierto punto se compartían las zonas descritas, también la escuela pública de Lasesarre así como el campo de fútbol, pero las relaciones personales estaban sujetas a muchas diferencias y formas de ver cada cual su barrio, esto imprimía carácter, así que en la Kabila no se entrometían los de Lasesarre, y salvo algún "piratilla" que con el tiempo acabó en delincuente común, en nuestra barriada estábamos todos muy a salvo respecto a los intrusos "calaveras", un apelativo muy utilizado entonces.

El barrio se fue extendiendo al término de los años cincuenta, y así en el lado oeste, a partir de la tapia que cerraba la “U” del patio interior de la Kabila, se construyó nuevas casas hechas de hormigón, dando forma simétrica respecto a las viejas casas, alargando ese patio interior con aquel grupo de casas, mientras que las viviendas viejas conservan así el patio a cielo abierto con sus ratas incluídas, los bajos de las nuevas viviendas se utilizan como lonjas o establecimientos tales como bares, garajes y demás, los pisos se destinaron para familias y trabajadores inmigrantes andaluces, riojanos, extremeños y alguno quizás del pueblo, pero los que menos.

Más allá de los lindes de la Kabila o de Lasesarre y rodeando ambos barrios, se encontraban como hoy se encuentran los barrios clásicos, la calle Arana por ejemplo, singular barriada de viejos edificios de casas que se descolgaban (al igual que hoy día) en cuesta, perpendiculares a las vías de La Franco-Belga (Orconera), casas a ambos lados del barrio sus viviendas de cuatro alturas formaban un pasacalles, casi una única familia, puesto que no conocerse era prácticamente imposible, por su disposición la propia calle Arana era el medio de comunicación vecinal instantáneo un “Wifi”, por entonces emblemática y problemática zona, debido al carácter "calavera" de algunos de sus vecinos y vecinas que se fajaban en temidas riñas de baja estopa.

La tribu, otro barrio vecino a lo largo sobre el ferrocarril de Orconera, pero situado algo más alto, al otro lado de las vías de Orconera, paralelo a la calle Letxezar, grupo de construcciones de casas unifamiliares adosadas y construidas en cooperativa, que junto con lo que se llamaba el monte Paquilín (Bagatza sobre vías), delimitaban la longitud y frontera al sur del barrio; más tarde por Paquilín y sobre La tribu se construyeron casas municipales con patio ahí vivió Clemente futbolista y entrenador, zona orientación “este” de la actual iglesia de Santa Teresa , construída al inicio de los 60, operativa el día de mi cumple, en 1962.
Cancionero popular:
& Somos de la Cábila
los que más nos divertimoooos,
tenemos el campo fútbol,
tenemos La “downquinesa”,
tenemos la serrería,
tenemos el terraplén,
¡¡¡y a la “Cuca de marquesa”!!!
y a la tonta pisahuevos
que de tonto todo el barrio entero&.

(Continuará)

José Julio
Casa de la Kabila portales 1 y 3, año 1960 una de las dos boleras y muros del refugio.
Izquierda terraplén, derecha campo de Lasesarre.
Kabileños en Lasesarre, bajo las vías de Orconera

La Cábila

Imagen 1: La Cábila

Etiquetas: Pueblo

14 de Junio de 2021 a las 11:55