Título: Anécdota de un día cualquiera
Autor: Jesús Martínez Lanzano
Estábamos volviendo de Portugalete a Barakaldo y habíamos perdido el último tranvía, entonces tuvimos que volver andando. Cuando estábamos en la cuesta de la arboleda, sentados, uno del grupo se separó y dijo "Agur" para despedirse. Salieron los Guardias Civiles y le pegaron al compañero por el simple hecho de decir agur. Después de eso, no me salían las palabras ni queriendo de lo asombrado que me había quedado por lo que había pasado.
Esta vivencia no tiene fotos.